De profesor a alumno…

Desde hace algunas semanas un movimiento se inició, y tuvo tal respuesta que muchos medios de comunicación se tomaron la molestia de poner su atención en él. Solo se necesitaba que alguien colocara el bichito para iniciar esta especie de virus que no solo se ha llenado de comentarios positivos, sino también de comentarios incrédulos, conformistas y hoy, lamentablemente, de comentarios desafortunados.

Tengo 35 años, y desde hace más de 20 no he vuelto a ver -ni escuchar- siquiera una canción de algún artista nacional en ningún medio de comunicación masiva. Recuerdo varios programas musicales que fueron muy sintonizados y canales que apostaron por ellos -y no hablo necesariamente de Uranio 15-: “Viva el Sábado” y “Mirando la Radio” son solo un ejemplo y son los que vienen a mi mente en principio (por mencionar algunos de los que rotaban vídeos de artistas nacionales). Aún recuerdo ver emocionado el vídeo de la canción “Televidente” del grupo Río (la escena en la que Superman traspasa el edificio es inolvidable); escuchar por primera vez a Gianmarco en Radio Panamericana a inicios de los 90’s con su “Domitila; ver a JAS y su “Ya no quiero más Ska” o escuchar a Arena Hash y su “Rey del Ah Ah Ah”. ¡Carajo qué viejo estoy! ¿En qué momento cambió todo?

Hoy todos se rasgan las vestiduras, y pegan el grito al cielo reclamando un espacio para los artistas nacionales. Hoy, aquellos que durante más de 20 años estuvieron sentados viviendo de los éxitos de artistas pasados NUNCA movieron un dedo y ahora recién exigen. Hoy, cuando todos estamos tratando de empujar el carro en la misma dirección -digo nosotros pues muy a pesar de otros, nosotros que somos el público NECESITAMOS escuchar más música nacional- un “letrado catedrático” trata de mendigos a aquellas personas que literalmente se sacan la mierda por hacer lo que les gusta. No hablamos de un género en particular, por favor, no seamos enanos mentales. Hablamos de una apertura para todos los artistas que merecen ser escuchados, vistos y conocidos. He leído en las redes sociales sendos post exigiendo un derecho. Por Dios, es un derecho, no se está mendigando nada. Más aún, quien exige no solo es el artista, es el público. Entonces, si las radios se escudan en el cliché de que “les dan lo que le gusta a la gente”, ¿qué están esperando?.

Me animo a escribir hoy pues me resulta indignante leer opiniones tan ignotas. Todos tenemos derecho a opinar, todos tenemos la obligación de respetar las opiniones siempre y cuando éstas tengan conocimiento de causa. Yo no puedo opinar sobre cómo maneja su economía Uganda, sino no sé siquiera dónde está (está en África, gracias Wikipedia), por lo tanto no podría aceptar la opinión de un docto profesor en política y economía que demuestra que conoce tanto de nuestra realidad musical nacional como del pensamiento de McLuhan.

He leído y releído los comentarios de este señor para poder dar mi humilde apreciación (De artista a mendigo...). Hace muchas preguntas pero responde erróneamente. Vayamos por la primera:

¿A quién beneficia una norma que impone una cuota de música “nacional” en las radios?

Según Sumar, solo se beneficiarían los músicos. Los grandes perdedores seríamos el público y las oligopólicas y millonarias corporaciones radiales. Eso es… MENTIRA.

El beneficio es para todos. El músico comparte su arte, es reconocido, genera audiencia y obviamente ganará plata. ¿Eso está mal?. El público tendrá la oportunidad de descubrir el talento y calidad del artista nacional, se desintoxicará de tanta basura enlatada que llega a las radios y que se encargan de machacarnos sin permiso, porque eso hacen las radios, ése es el poder de la radio. Escucharíamos menos éxitos pasados, más antiguos que mi vieja: “Televidente”, “La Universidad”, “Larco”, “Me resfrié en Brasil”, y un largo etcétera de canciones y artistas que sí tuvieron la oportunidad y son un claro ejemplo de lo que significaría estar en la radio. Las corporaciones radiales no tendrían menor publicidad, eso es lo que se nos quiere hacer creer, es el caballito de batalla de las radios para no arriesgar. Utilizar la palabra subsidio me parece muy mezquino.  

¿Es culpa del público que la mayoría de la música en algunas radios sea extranjera?

Según Sumar, los músicos critican al público por escuchar música extranjera. Se atreve a decir que no los escuchamos porque su arte no es suficientemente bueno, y si fuera bueno, se abriría camino ante la adversidad. Por lo tanto, los músicos no tendrían por qué hacer pataletas. WTF???

Mi estimado gurú, los músicos no están criticando al público y el público no puede determinar si son buenos o no, si no los escuchan. Los músicos y el público criticamos a las radios. Al responder su retórica pregunta sólo demuestra que de música sabe muy poco y no lo culpo, usted también es producto de lo que las radios van creando en nuestras consciencias. Como tampoco lo culpo de que le gusten las Culisueltas o el Baile del Caballo, pues al ponerle nombre propio a la música que critica: rock, nos da una clara señal de que este género no le gusta.

Habla de luchar contra la adversidad y no hacer pataletas. Y lo cito textualmente porque esta parte me parece riquísima: “Si las personas no leen mis artículos en los diarios, me esfuerzo más, no les echo la culpa a los periódicos o a los lectores”. Bueno, bajo esta premisa debemos aclarar algunas cosas: Usted YA está escribiendo en un diario, es decir, YA tiene la oportunidad de mostrarse ante los lectores. Si no lo leen, obviamente tendrá que esforzarse. Sería cobarde y mediocre responsabilizar al periódico por eso. Si los músicos tuvieran la oportunidad de ser escuchados y reconocidos, el público es quien decidirá si les gusta o no. Pero si el público no los conoce, qué podrían decidir. Si usted no escribiese en El Comercio, solo lo leerían sus alumnos por obligación y sus seguidores en Twitter. Por lo tanto… Segunda respuesta errada ante una pregunta mal enfocada.

¿Por qué solo músicos? Si la idea fuera beneficiar a lo nacional, ¿por qué no una cuota de cine nacional? ¿O comida peruana en los restaurantes? ¿U obras de teatro escritas por peruanos? ¿O libros de autores nacionales en las librerías? ¿O pinturas hechas por peruanos en los museos? ¿O ropa peruana en las tiendas?

Esta fue la cereza en la torta. Este señor no va al cine, está acostumbrado a comer en restaurantes de cinco tenedores, nunca ha entrado a Crisol y mucho menos ha entrado a Gamarra. El arroz con mango que preparó con esta mixtura nos lleva a ponernos a pensar si este señor realmente vive en el Perú.
  • Cine nacional: Existe la “Ley de la Cinematografía y el Audiovisual Peruano” que permite que esta industria crezca a través del fomento, promoción y formación. El cine es una industria que nos ha brindado grandes logros y ha sacado a la luz talentosos directores y producciones rescatables y es un rubro totalmente distinto. Volvemos al tema central: OPORTUNIDAD.  
  • Comida peruana: Por favor!!! Incluir a la comida peruana me parece muy desatinado. La comida peruana es parte de nuestra cultura, está inscrita en todos nosotros. Es un orgullo nacional que no necesita de ninguna cuota.
  • Obras realizadas por peruanos (teatro, literatura y pintura): Existen empresas llamadas editoriales (que vendrían a ser un símil de las radios), los autores llevan sus obras y existen editoriales que apostarán por ellas y otras, que no. Sin embargo, el autor tiene la OPORTUNIDAD de mostrar su trabajo. Lo mismo pasa en el teatro y en la pintura. Existen exposiciones de artistas peruanos muy reconocidos. No se trata de cuota cuando ya se tiene una vitrina.

Termina citando a Frédéric Bastiat (a quien acabo de conocer gracias a usted) quien hace una pregunta válida pero que no corresponde al contexto del cual estamos hablando. No se trata de impedir la libre elección del público mediante leyes, al contrario, lo que se quiere es que se respete una ley que nos daría la oportunidad como público -una real oportunidad- de poder decidir. Si solo tengo limones, pues tomo limonada. Pero, ¿si tengo limones y naranjas? Por qué no probar ambas. Si usted hace la analogía del mercado con la democracia al expresar nuestras preferencias con dinero. Yo añadiría la analogía del dinero con el dial. No se trata de forzar nada.

Finalmente hace referencia a otra cita: “El verdadero artista no hace obras para el público, prefiere hacer público para sus obras”. Para terminar con las clases de cultura general, le comento que muchos de nuestros artistas nacionales tienen un público en base a su esfuerzo y sacrificio apoyados en las redes sociales. Nuestros artistas nacionales tienen un público porque han puesto de la suya y han sacrificado tiempo y familia para hacer lo que aman. Muchos de nuestros artistas nacionales regalan su trabajo para ser reconocidos sabiendo que hay alguien que mira de refilón ese esfuerzo y no hace absolutamente nada por apoyarlos. Según entiendo, usted piensa igual, pero no puede pretender tildarlos de mendigos por exigir un derecho.


Así que mi estimado Profesor Sumar, aquí tiene unas pequeñas clases de realidad musical nacional. Tarea para la casa: escuchar a artistas nacionales y dejar la actitud snob para sus alumnos de la Pacífico. 

R'n'F'R'!!!

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