Rockero por 8 minutos, a 24 cuadros por segundo

El post de hoy ya tenía una estructura planeada: previos al concierto, canciones tocadas, sensación del público, comentarios finales y la despedida esperando un próximo concierto. Sin embargo, lo vivido el sábado 20 cambió por completo lo que tenía pensado escribir.

La fría noche en la Plaza San Martín es mi única compañía camino a Yield Bar. Después de un par de meses volvería a ver a GAIA y esta vez tendría como previa a los correctos muchachos de AERIA.


Un robusto personaje con cara de pocos amigos me recibe en la puerta del local y me estira la mano. Consumo mínimo 15 soles me dice, y deja caer en ella un pin de AERIA. Faltaban pocos minutos para las once y el ambiente ya se estaba calentando en el local. El aire rockero del centro de Lima es otro, el público es otro, pero el sentimiento es el mismo. Aquí no hay dulces parejitas esperando escuchar música de fondo acompañando su tertulia. Aquí, el rock está hasta en el cubo del hielo de aquel trago cómplice que invita a vivir la música de manera diferente.

ES HORA DE "DESPERTAR"

El reencuentro con amigos es el prólogo de lo que vendría. Los chicos de AERIA están subiendo al escenario y con una personalidad del carajo tocan un intro prendedor que engancha al público. "AI57" inicia el despegue de buen rock que continua con "Señal Destino" y la fuerza de sus detonantes riffs. Le siguen "La Tregua" para terminar con el primer bloque de potencia. La pausa viene con "Nadie", "Turbulencia y Paz" y "Sin Volver". Llega el remate del concierto con dos de las mejores canciones de esta banda "Despertar" que tiene en sus letras una carga emocional llena de buena vibra: esa que motiva, que te empuja a seguir adelante y arriesgar; y "Máscaras", cuyo final cierra redondita la presentación de los chicos y que, probablemente, a más de uno de los presentes en Yield, sorprendió. Después de escuchar a Francisco Zubiaurr, vocalista de la banda, cantar cada canción en decibeles armónicamente aceptables, para finalmente verlo reventar la garganta en el epílogo de la canción, resultó realmente vibrante. Esa canción será la que hará saltar a todos en los próximos conciertos. Gracias muchachos, pues son un claro ejemplo de que tenemos buen rock. Ya no son un futuro prometedor. Son un presente con muchos bríos que solo espera la oportunidad de lucirse.

Francisco Zubiaurr - Voz y Guitarra
  
José Miguel Bellido - Guitarra

Renzo Gutiérrez - Bajo

Iván Sotomayor - Batería

Mención aparte para Iván Sotomayor, baterista de la banda, quien en una eufórica catarsis, sacó todo la fuerza "aeria" que hizo retumbar la Plaza San Martín. Y obviamente, agradecer a José Miguel Bellido, guitarrista de la banda, amigo ideológico y tan fan de GAIA como yo, quien públicamente agradeció a quien escribe, por compartir y difundir lo que no se conoce. Desde esta humilde trinchera seguiremos comprometidos con ustedes, con GAIA y con el rock nacional. Pues, mientras "las radios de mierda" sigan discriminando, el público seguirá apoyando lo bueno.  

EN UN MOMENTO DE MI VIDA, EN EL QUE SOLO RETROCEDO PARA SALTAR MÁS LEJOS

Termina AERIA e inmediatamente van dejando todo a punto para que haga su entrada GAIA, quienes llegaban de una agitada tarde en el Festival Vivo x el Rock 2, demostrando su profesionalismo y entrega.

Es increíble cómo la sola presencia de la banda en el escenario es suficiente para que el respetable se encienda. Es automático. Es como que la banda al pisar el escenario, pisara un inmenso botón de PLAY que no para hasta el último segundo del concierto.


Esta vez no tomé nota del setlist, las canciones como ametralladora no me dieron tiempo y la verdad, me olvidé. Como dije al inicio, esta vez el post sería diferente y tal vez este olvido involuntario tenía una razón. Lo vivido el día sábado quedará grabado en mi mente, en mi corazón rockero y en mi alma soñadora. 


Luego de saltar y cantar con "La Nueva", "Corporación", "Apolo", "Órbita" y escuchar "Párate" por segunda vez en concierto, llegó el momento más deseado en mi vida, y el menos esperado. Lo que parecía una utopía y tema de conversaciones lúdicas en casa, terminó haciéndose realidad. 


Mike juega con el público como siempre suele hacerlo. Suelta comentarios, lanza preguntas y se conecta con la gente. Esta vez soltó algo tan sencillo que por inercia todos reaccionaron. Hace una pregunta obvia y todos contestan al unísono: - Se saben la letra de 24?!- ríe. - SEEEEEEE!!!!! - contestamos. - ¿Quién quiere subir a cantar con nosotros?!!! - 

El Yield estalla en ese momento, se ven brazos levantados y yo solo escucho en mi cabeza: ANDA WEÓN!!! Levanto y no levanto el brazo y Mike me pide que suba, mientras en mi cabeza otra vez: LA PUTA MADRE ES CIERTO!!! VOY A SUBIR!!! 

Iba a cantar "24", una de las canciones más largas de GAIA, una canción con unos altos que me harían quedar en un ridículo alucinante, pero QUÉ CHUCHA!!! IBA A CANTAR CON GAIA!!! Empieza el intro y mi cabeza que a veces piensa y a veces la caga, trataba de recordar la primera palabra de la estrofa, (como cuando expones en el cole y te cagas de miedo pensando que si olvidas solo una palabra, te vas a la mierda, ya así).

Luego de los riffs tan cercanos y los estallidos de la batería de Yorch que me abrían el camino, logré recordar la palabra: COLGUÉ!!! y lo demás solo fluyó.

Trato de recordar alguna sensación que pueda compararse con esto. No la encontré. No solo era el hecho de cantar con GAIA, era el hecho de subir a un escenario y hacer lo que siempre soñé: subir a un escenario y rockear. Quiero disculparme con el público y la banda por los gallos y las desafinadas. Nunca escuché mi voz, así que no sé cómo lo hice. Pero compartir micrófono, EL micrófono de la banda, con Mike y La Roja, no tiene precio. Ver desde el escenario al público cantar conmigo, ver en los ojos de la Órbita la emoción compartida es algo que nunca olvidaré. No creo que exista algo que pueda acercarme más a la banda. Tengo una deuda eterna con ustedes. Gracias Mike, La Roja, PQT y Yorch, por hacer que este rockero frustrado, sin ningún don salvo su pasión por la música, cumpla su sueño.


Voy camino a mi casa, escuchando nuevamente "24" en el auto, tratando de recordar cómo canté, dónde debí subir, dónde debí bajar. No la pude cantar más, mi garganta no me lo permitió. Llego a mi casa y todos dormían obviamente. Nadie con quién compartir la experiencia. Me despierto en la mañana y busco a quien podría emocionarse tanto como yo, y entre dormida y despierta me escucha, abre sus ojazos y con una felicidad sincera me abraza y me dice: TE FELICITO PAPI!!!, mientras yo deseo que ella hubiera estado ahí para verme.

R'n'F'R'!!!

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